Acaba
de salir TH1RT3EN, lo nuevo de una de las bandas de metal más idolatradas en el
mundo y sobre todo por estas tierras: Megadeth.
Ante
el panorama actual de la banda lo primero que se puede decir es que Megadeth
está vivo. Con mucha actividad desde aquel parate forzado de principios de la
década pasada, en el 2002, obligado por la lesión, un daño nervioso en el brazo
izquierdo, de su líder y comandante principal Dave Mustaine.
A
fuerza de voluntad, algo que siempre le sobró al colorado, se recuperó y volvió
con todo. Decidido a traer de vuelta al viejo Megadeth, editando con este, el
4º disco de esta nueva etapa, el sonido de la banda se alejó definitivamente de
viejas pretensiones “pop” o más “blandas” de acuerdo a lo que venían haciendo,
expresadas en su mayor magnitud en The world needs a hero, el disco previo a la
separación obligada.
La banda está viva. En los últimos años no
paran de tocar, tanto en giras propias, festivales como el Gigantour organizado
por Mustaine o con los Big Four, los famosos 4 grandes del trash:
Megadeth+Metallica+Slayer+Anthrax. Además, que hayan sacado un disco nuevo solo
2 años después del anterior, significa que el empuje sigue intacto. La mayoría
de las bandas que superan los 20 años de vida, en este caso Megadeth está más
cerca de los 30, no se dedican tanto a expandir su obra si no que dilatan la
salida de sus trabajos por mucho más tiempo, si es que sacan algo nuevo.
En
este nuevo material, como en los antecesores, Megadeth expresa que está en constante
movimiento y que al colorado le siguen sobrando canciones. Llamado TH1RT3EN por
ser, claro, el disco número 13, profundizan el sonido y la búsqueda hecha con
su muy buen antecesor Endgame, del 2009. Un dato importante, sobre todo para
los seguidores ultra de Megadeth, los que adoran aquella maravillosa primera
formación: el regreso luego de 10 años del bajista David Ellefson.
Un
disco compuesto en el muy poquito tiempo que les quedó entre giras, sobre el
que fueron trabajando las ideas de forma individual, hasta que llegó el momento
de ponerlas en común. Lo que si era claro, por declaraciones de diversos
miembros de la banda durante el proceso de grabación, era que iba a parecerse
al viejo y querido Megadeth. Así lo expresaron entre otros, el recién retornado
Ellefson, quien incluso agregó que parte del espíritu pesado del disco se debe
a la reciente gira del año pasado donde estuvieron re-presentando su gran disco
del 90 Rust in peace. Es más, algunas composiciones que forman parte de esta nueva
placa estaban en la mente de Mustaine desde hace mucho tiempo. Unas habían sido
lanzadas como bonus tracks de United abominations del 2007, pero otras el
colorado las venía madurando desde aquel glorioso Youthanasia de 1994.
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