Hace unos días, el 18 de agosto, se cumplieron 20 años del primer show de un Oasis aun sin uno de sus componentes principales, el que le aportó talento a través de la composición de la inmensa mayoría de los temas que luego los harían llenar estadios hasta el hartazgo: Noel Gallagher, creador de himnos como pocos, alguien que con su mirada universal supo contener y entender a las masas, volcando en sus letras vivencias que podrían ser de cualquiera, desde una ruptura amorosa hasta una noche de aburrimiento, amenizada por cigarrillos y alcohol.
Esta mirada que le supo dar Noel tenía que ver con su procedencia: la maravillosa ciudad de Manchester, la cual nos legó bandas de la talla de los Buzzcocks, Joy Division y The Smiths, solo por mencionar algunas. El entorno, repito como siempre, tiene que ver con lo que las bandas luego desarrollan, es fundamental, es el ecosistema donde los malparidos del rock crecen y adoptan su comportamiento. Y tratándose de Manchester, una ciudad de fábricas, también de desempleo y desaliento, es lógico que las letras de Oasis reflejaran el sentir de una juventud cansada de no encontrar oportunidades, una variante inmutable en la historia de la humanidad y de cualquier género.
Pero Oasis también, a cuento de los himnos que mencionaba, supo, o no, simplemente lo logró, superar esa barrera y conseguir que no solo los escuchen multitudes de borrachos y parias, también con esa universalidad de las letras arrasó fronteras y se metió en los oídos de todos.
En 1991 se forman como banda, con el pretencioso, canchero y carismático Liam Gallagher al frente, luego se uniría Noel y como decía, en solo 3 años rompieron todo.
En 1994 se edita su álbum debut Definitely Maybe, discazo del cual cabe aclarar antes de mencionar los temas más sobresalientes, que no se trata de un grandes éxitos, aunque sí: Rock and Roll Star, rockandrollazo acerca de la fama y una frase “in my mind my dreams are real” como invitación para que cualquiera sueñe con ser una estrella. Cigarettes and Alcohol, otro tema potentísimo, cigarrillos y alcohol, un himno de la banda que no se queda en la descripción de una escena aburrida, también alienta diciendo que si queres pasar tus días al sol, tenes que hacer que eso ocurra. Y Live Forever, otro himno, otro gran tema, vivir para siempre, ¿quién no querría?: “quizás vos seas igual que yo, nosotros vemos cosas que ellos nunca verán, vos y yo viviremos para siempre”. Supersonic, Shakermaker y Slide Away, otros grandes temas de un debut realmente brillante.
En 1995 llegaría la explosión planetaria, con “What’s the story? Morning Glory”. Un discazo al palo y la consagración, tan fácil de explicar como nombrar, como en el primer álbum, algunos de sus temas. Aunque pienso que con estos tres alcanza para que cualquiera conquiste el mundo: Champagne Supernova, Don’t Look Back in Anger y claro, Wonderwall. Temas eternos pertenecientes al colectivo imaginario mundial, patrimonio de la humanidad ¡carajo!.
Estaban en la cima y allí se mantuvieron, con 5 discos más y toneladas de simples exitosísimos, imposible de resumir en pocas líneas una banda como Oasis. Hasta 2009, justamente se cumplieron hace poco dos años de su separación ¿definitiva?. Ojala que no, ahora están cada uno en la suya, pero los estadios necesitan llenarse con bandas así, con talento, actitud y sobre todo grandes, grandes melodías.