27 mar 2012

El número de la Bestia cumple 30 años


Se acaban de cumplir 30 años de la salida de un disco fundamental para la historia metalera y crucial para la carrera de esta banda: The Number of the Beast. El tercero de su producción y el primero con Bruce Dickinson en la voz, luego de la expulsión de Paul Di’anno, un buen cantante pero que no cubría las expectativas de sus compañeros, sobre todo de Steve Harris, fundador y capitán por siempre de la Doncella de Hierro. No tenía esperanzas de que Di’anno pudiera acompañarlo en la complejidad compositiva que pretendía para el futuro de Maiden. Con Dickinson al frente, esto fue posible, de ahí el crecimiento de la banda respecto de sus anteriores trabajos.
A partir de ese momento, Harris se encontró mucho más acompañado a la hora de elaborar las canciones. Dickinson colaboró hasta cierto punto debido a un conflicto legal que mantenía con su banda anterior, Samson, por el cual no podía firmar ningún tema. Los que sí pudieron hacerlo fueron el excelente violero Adrian Smith y el recientemente establecido baterista Clive Burr. 
Y si se trata de un disco tan importante es por varios de sus temas: The Number of the Beast, pesadilla musicalizada que abre y le da nombre al álbum. 22 Acacia Avenue, el lugar donde podés ir si te sentís deprimido y solitario, un puterío digamos, donde por unas pocas libras sacarte el bajón de encima; tema también en el cual Dickinson muestra parte de su artillería vocal, de lo mejor del disco y de la carrera de Maiden. Run to the Hills, poderosísimo grito que invita a escapar de la masacre de la colonización, desde el punto de vista de conquistadores y conquistados. 
Y Hallowed be Thy Name: la gran obra que cierra la placa. Épica, enérgica y escalofriante historia sobre las últimas horas de un condenado a muerte. 7 minutos y algo sin ningún desperdicio, un tema que pasa por varios climas, dramático, casi teatral. Una acabada muestra de lo que, gracias a la incorporación del fabuloso Dickinson y al vuelo compositivo liberado de Harris, la banda iba a ser capaz de entregar de allí en más. Como lo hizo con gran disco tras otro: Peace of Mind, Powerslave, Somewhere in Time y Seventh Son of a Seventh Son, cerrando así su década dorada.

19 mar 2012

Morrissey, a 20 años de Your Arsenal


Todavía quedan los ecos de su visita, donde frente a 20.000 aproximadamente Morrissey interpretó algunas de las canciones que lo hicieron y hacen formar parte hace rato del Olimpo del bendito rock,
Y este presente se cimenta en un gran pasado. Por estos días, hace 20 años, Morrissey se encontraba grabando su 3º disco como solista, Your Arsenal.
Apenas 10 años después de haber empezado con los Smiths, a 5 de haber seguido en solitario luego de la ruptura de esta grandísima banda, Morrissey estaba tratando de afirmarse como solista. Con un excelente primer trabajo como solista, Viva Hate, y pasado el chapuzón del desparejo Kill Uncle, era el momento de volver a la senda que tan bien había construido.
Para Your Arsenal decidió trabajar junto a un productor de lujo. Un grande que ya tenía una historia enorme, entre otras cosas acompañando a David Bowie, uno de los máximos ídolos de Morrissey, como violero y también en la producción.
El resultado fue extraordinario. Your Arsenal es un disco que transmite gran parte del abanico musical que puede ofrecer Morrissey. Podría decirse que es el disco más directo, rockabilly, “guitarrero” podría decirse, influenciado claramente por la tarea de Ronson.
El comienzo de la placa es con todo: You’re gonna need someone on your side y Glamorous glue, dos temazos potentes, soberbios, además de ácidos. La declaración de principios de Certain people I know, “el” rockabilly del disco. We hate it when our friends become succesfull, un hitazo sobre la envidia y el odio que provocan el éxito ajeno. You`re the one for me fatty, divertidísima y bailable canción de simpatía y soporte a los excedidos de peso, una de las que tuvimos el placer de escuchar hace unos días en GEBA. El controvertido The national front disco y Tomorrow, uno de los cortes del álbum y de lo más irresistible redondean el costado más rockero del mismo.
Por otro lado, el más sensible, bello y melancólico, 3 temas para asesinar corazones, para conmover como él bien sabe hacerlo: We’ll let you know, Seasick yet still docked y la majestuosa I know it’s gonna happen someday, la cual sería grabada también por el mismísimo Bowie, en un halago tremendo para Morrissey. Reivindicación que no le era necesaria, ya que a esa altura, con los Smiths y un par de discazos como Viva Hate y este, Your Arsenal, Morrissey ya se había convertido en un icono en vida, inoxidable, referente y artista fundamental para varias generaciones de músicos y fanáticos.